El mejor barman del mundo nos da su receta de la felicidad
La vida entre cócteles de Mr Lyan y una colaboración especial para nuestra nueva cápsula Botanical
Ryan Chetiyawardana colecciona premios igual que otros coleccionan sellos o zapatillas. Mr Lyan, como se le conoce en la profesión, ha sido reconocido, en distintas ocasiones, como el Mejor Barman del Mundo o la Persona de la Década para Time Out, y todos los años desde 2014 es un fijo en la lista de los 1000 londinenses más influyentes del Evening Standard. Decir que es alguien relevante en el mundo de la coctelería sería quedarse corto. Es el rey indiscutible.
Ya cuenta con siete bares en todo el mundo, incluidos los destacamentos de Washington DC, Ámsterdam y Londres. Aunque no siempre lo tuvo tan claro. Creció en Birmingham, en una familia formada por un oncólogo y una pastelera. Estudió en la escuela Central St Martins, la Universidad de Edimburgo y el Birmingham College of Food antes de decidir que su lugar estaba, en realidad, detrás de la barra.
De sus cócteles dice que no contienen nada «superfluo ni artificioso. Queremos que el sabor se perciba con claridad, y lo logramos con mucho trabajo que no se ve. Nos gusta dedicar tiempo a cuidar de nuestros invitados, a asegurarnos de que se lo pasan bien». Por lo general, esto significa que sus bares tienen que tener una cocina completamente funcional con Thermomix y máquinas de cocción al vacío, porque se necesitan muchas preparaciones.
Para Chetiyawardana, la base de un buen cóctel es el equilibrio. «En términos de sabores, todo tiene que estar en armonía, pero también es muy importante el contexto: si organizas una fiesta con tus amigos, no querrás pasarte toda la noche en la cocina preparando bebidas».
Con motivo del lanzamiento de nuestra nueva y atrevida cápsula Botanical —llena de colores vivos, estampados florales inspirados en ilustraciones botánicas tradicionales y camisetas suaves de tela toalla—, hemos trabajado con Chetiyawardana para crear una colaboración especial en cócteles. No podía haber nadie mejor para darle vida a la cápsula que alguien que lleva mucho tiempo apostando por el uso de elementos botánicos en sus bebidas. Sigue leyendo para saber más sobre la vida entre cócteles de Chetiyawardana y conocer la exclusiva colaboración entre Orlebar Brown y Mr Lyan.
Eden Milk Punch
35 ml de ginebra ELLC Kew Gardens 15 ml de sirope de té de flor de almendro de Rare Tea Company (5 g de té de flor de almendro, 150 g de agua, 150 g de azúcar) 10 ml de aguardiente de frambuesa Capreolus 50 ml de leche de almendra Rodajas de cítricos, flores comestibles, apio del monte y frambuesas para decorar
Preparación: para el sirope de té de flor de almendro, infusionar el té floral en agua recién hervida durante 15 minutos. Añadir azúcar y remover para disolver. Colar las flores y conservar en una botella o recipiente hermético en el frigorífico durante un máximo de dos semanas. Para preparar el cóctel, mezclar todos los ingredientes en un bol de ponche grande, remover para que se integren, añadir un bloque de hielo y decorar. A continuación, servir con un cucharón en copas llenas de hielo decoradas con flores comestibles y rodajas de cítricos. Si no tienes un bol para ponche, la bebida se puede preparar individualmente, servir directamente en una copa y decorar igualmente. Para la decoración, congelar las rodajas de cítricos, las flores comestibles, el apio del monte y las frambuesas en un bloque de hielo.
Succory Spritz
20 ml de ron Clairin Communal 30 ml de sirope de frutos silvestres (70 g de arándanos silvestres, 50 g de moras, 1,5 g de polvo de achicoria seca) 50 g de azúcar 50 g de agua 100 ml de vino espumoso 1 pizquita de sal marina en escamas Brotes de guisante y piel de cítricos para decorar
Preparación: para el sirope de frutos silvestres, combinar todos los ingredientes y mezclar para disolver el azúcar y deshacer los frutos. Pasar la mezcla por un colador fino o un paño de muselina para eliminar los sólidos. Guardar en un recipiente hermético o en una botella en el frigorífico durante dos semanas como máximo. Para servir el cóctel, combinar todos los ingredientes, salvo el vino, en una copa de Spritz, añadir hielo y remover para mezclar. Añadir el vino y decorar con brotes de guisante y piel de cítricos.
«La cápsula Botanical tiene mucha energía en sí misma, transmite diversión y sofisticación a partes iguales. Y también una pizca de magia. Fue una gran fuente de inspiración para crear los cócteles. La utilicé como una guía visual y, a la vez, como una especie de símbolo. Me imaginaba una escena fantástica: estar con amigos en una piscina poniéndonos al día. Y, por eso, la convertí en una bebida para compartir, que te permite ir rellenando las copas. En lo que a los ingredientes se refiere, hemos conseguido que las prendas queden plasmadas: tenemos una ginebra especial de una licorería del este de Londres que nació de una colaboración con los Reales Jardines Botánicos de Kew. También hemos introducido el elemento floral con el té que utilizamos, en este caso de flor de almendro. La Rare Tea Company suministra productos de forma muy calculada, eligiendo solo flores cultivadas con esmero, que proporcionan un equilibrio increíble de aromas a frutos secos y a flores. En el Succory Spritz, utilizamos muchos matices de fruta fresca. Las dos bebidas inspiradas en la cápsula son delicadas y, a la vez, están llenas de sabor. Una verdadera interpretación de la cápsula».
Martini
50 ml de ginebra 15 ml de vermú seco 2 pizcas de amargo de naranja
Preparación: mezclar los ingredientes removiendo sobre hielo. A continuación, colar en una copa de cóctel muy fría y añadir una oliva verde sin deshuesar o una espiral de limón.
«Para mí, este es el cóctel por excelencia. Lo que más me sorprende de él es que, aparentemente, es muy sencillo. No tiene demasiados ingredientes, pero es muy fácil hacerlo mal. La primera vez que probé uno, no tuve demasiada suerte, la verdad. Recuerdo que estaba de vacaciones con mi padre y, como sabía que era la bebida de James Bond, le pedí que se tomase uno, y lo hizo, pero al probarlo dijo: “está malísimo”. No era una coctelería, simplemente les habíamos pedido que nos lo preparasen. Creo que le di un sorbito y me dio asco. Tardé mucho tiempo en probar un auténtico martini. Fue en el bar Bramble de Edimburgo. Al ser un barman joven, no supe apreciarlo. Pero cuando me acostumbré, me demostró que menos es más. Fue toda una revelación».
Scotch and soda
50 ml de whisky escocés blended 120 ml de agua con gas fría
Preparación: mezclar y servir con un gran cubito de hielo.
«La razón por la que me gusta tanto esta combinación es que mucha gente ni la considera un cóctel. Y, para mí, ahí radica parte de la fascinación. Quizá sea la bebida que más tomo. Me encantan los combinados como categoría: los bebo cuando salgo. Son una bebida que no tiene un sabor demasiado intenso, que te puedes tomar con calma y que va cambiando a medida que la bebes. Para hacer un cóctel no hay que mezclar muchas cosas, solo se trata de encontrar la armonía adecuada».
Beeswax Old Fashioned
350 ml de bourbon con cera de abeja 350 ml de coñac 150 ml de sirope simple 115 ml de agua filtrada 4 ml de amargo de Angostura 2 ml de amargo de Peychaud
Preparación: mezclar el bourbon de cera de abeja, el coñac, el sirope simple, el agua filtrada y los amargos de Angostura y de Peychaud en un recipiente. Verter seis cantidades iguales en copas frías. Decorar con piel de cítrico.
«Este cóctel estaba en la primera carta que creé para mi primer bar, White Lyan, y la verdad es que es bastante complicado de hacer en casa. Es nuestra versión del Old Fashioned, pero cambian algunos de los ingredientes y las proporciones. También contiene uno de mis ingredientes preferidos, la miel. Cuando empiezas a beberlo, es bastante dulce, pero al continuar, no solo parece que la cera de abeja se acumula en el paladar, sino que también se vuelve un poco gomoso e intenso a medida que se calienta la bebida».
Cosmopolitan
40 ml de vodka de cítricos 10 ml de zumo de lima fresco 10 ml de vermú seco 15 ml de sirope de cítricos intenso (2:1 sirope infusionado con piel de pomelo rosa y hoja de laurel seca) 20 ml de zumo de arándanos sin endulzar
Preparación: mezclar y agitar bien. A continuación, colar dos veces en una copa fría y decorar con una rodaja de naranja flambeada.
«A principios de la década de 1990, había un montón de bebidas increíbles que venían de la zona de la bahía de San Francisco. Fue un movimiento impresionante y el Cosmopolitan era una de ellas. Ahora, mucha gente lo relaciona con Sexo en Nueva York y con ingredientes de mala calidad. Todo el mundo lo infravalora. Pero, para mí, es un cóctel clásico. Es una bebida con la que siempre me ha encantado improvisar. Creo que tenemos una versión del Cosmopolitan en la carta de prácticamente todos los bares. Es un modo de demostrar que puede ser un reconstituyente rápido y tonificante. Se trata de poner a prueba las ideas preconcebidas de la gente y de que no se tomen las cosas tan en serio. Queremos que todo resulte integrador».